¡¡Buenas!! Como ya os he comentado anteriormente, estoy forjando una extraña alianza entre mis Caballeros Grises y mis Marines Espaciales del Caos, y para explicar el origen de esta unión os traigo un pequeño relato. ¡¡Espero que lo disfrutéis!!
Origen de los
Caballeros Caídos
Por Criptbleis
Hace un tiempo, fuimos Caballeros
Grises, orgullosos de nuestra pureza de cuerpo y espíritu y de nuestra
inquebrantable fe en el Emperador. Obtener victorias contra la amenaza
demoníaca era nuestra misión y proteger la galaxia de las fuerzas del caos
nuestro cometido.
En esa ocasión, como en tantas
otras, detectamos actividad demoníaca, pero esta vez era diferente, no era un
ataque a un planeta, atacaban una nave, al Gloria Imperatus, una nave de transporte
masivo clase Universo, que transportaba colonos en busca de nuevos planetas
vírgenes para habitar.
Los inquisidores del Ordo Malleus
nos enviaron a exterminar la amenaza del caos y a los supervivientes que
pudieran ser “sospechosos de pactar con los poderes oscuros”, es decir,
purificar la nave de toda forma de vida, los Caballeros Grises son la
organización más secreta del Imperio de la Humanidad, no podíamos dejar
testigos de nuestra existencia.
Cuando abordamos la nave encontramos una
carnicería. No quedaba nadie a quien librar de la amenaza demoníaca, habíamos
llegado tarde. De todas formas, la existencia de los demonios en nuestra
dimensión es algo que no podemos pasar por alto, al igual que investigar como
consiguieron llegar ahí tan rápido y en tal cantidad.
Los demonios caían fácilmente
ante nuestras armas némesis y nuestros proyectiles psíquicos, pero purgar una
nave de 12 km de longitud nos llevaría un tiempo.
Antes de que nos diésemos cuenta los
demonios destruyeron los motores del Filo Sagrado, nuestra nave de combate
clase Retribución. Nuestro transporte estaría inmóvil y anclado al Gloria
Imperatus para siempre. Nuestra única posibilidad de volver a nuestra base de
Titán después de acabar con la amenaza, era llegar a la sala de control de la
nave colonizadora y confiar en que sus motores aun
funcionasen.
Cuando alcanzamos la sala de
control, encontramos el artefacto que había atraído a los demonios, uno de los
tripulantes llevaba un collar maldito, el pobre infeliz fue el primero en morir
al salir el primer demonio de la disformidad. Gabriel, nuestro bibliotecario se
encargaría de sellar el portal y destruir la reliquia maldita. El tecnomarine
Septimus, y yo nos estábamos haciendo con el control de la nave mientras el
grueso de nuestras fuerzas terminaba de purgar y purificar el resto del gran
transporte. Pero…
Ante
las 2 naves enlazadas se abrió un gigantesco portal hacia la disformidad.
Fuimos arrastrados hacia su interior sin poder hacer nada por evitarlo. Aún no
sabemos que lo produjo, el hermano capitán Claudius piensa que pudo estar
ocasionado por la reliquia al ser destruida, yo pienso que fue algo planeado
con algún fin que no alcanzo a comprender.
Vagamos por la disformidad, la
dimensión de los demonios, durante décadas. Asaltábamos los enclaves demoníacos
siempre que los encontrábamos e, incluso, mantuvimos combates contra marines
del caos, astartes como nosotros, que cayeron bajo la influencia de los poderes
oscuros.
Poco a poco, la esencia corruptora
del caos ha ido haciendo mella en nuestros cuerpos transformándolos y
mutándolos, pero nuestras almas y fe en el Emperador siguen intactas, lo
que nos impulsaba a seguir buscando una salida de este lugar demoníaco.
Al ser evidentes los cambios en
nuestros cuerpos y equipos, hemos decidido que ya no somos dignos de lucir los
colores de los Caballeros Grises. Hemos sustituido la pureza de la plata por el
negro de la noche, pero un negro lamido por el fuego que representa nuestra
pureza y fuerza de espíritu, que busca librarnos de la corrupción que nos
inunda. Ahora somos Caballeros Caídos.
Incluso nuestro equipo de batalla
más sagrado ha comenzado a mutar, he visto como el incinerador pesado de un Servoterror
se ha convertido en una boca aterradora fusionada a la mano izquierda del
imponente traje de combate y como de su brazo derecho comienza a brotar carne. El
piloto de una Stormraven se ha quedado adherido a la cabina, ahora es parte del
vehículo aéreo. Nuestra propia nave y el transporte de colonos, que ahora
llamamos hogar, tienen cosas más parecidas a venas y arterias que a cables y
tuberías.
Pensábamos que estábamos condenados a
desaparecer, sin tropas de refresco, no podríamos recuperarnos de nuestras
bajas. Pero como la luz atrae a las luciérnagas, nuestra luz interior ha
atraído a muchos astartes caídos, que sin embargo juran que su espíritu nunca
ha estado separado del Emperador. Permitimos que vistan nuestros nuevos
colores, e incluso a veces, permitimos que nos acompañen a la batalla contra
demonios u otros adoradores del caos, claro que sin quitarles el ojo de encima.
Parece que anhelan lo mismo que nosotros, algo que nunca nos habíamos planteado
siquiera en darles, ¡una segunda oportunidad para servir al Emperador!
Después de casi un siglo de vagar
por la disformidad, hemos conseguido salir por el Ojo del Terror, la nebulosa
maldita que conecta ambas dimensiones, y aunque ya no vamos a volver a reunirnos
con nuestros antiguos hermanos debido a nuestra vergüenza, vamos a seguir
haciendo lo que mejor se nos da, ¡¡purgar la galaxia de herejes y demonios!!
Gran Maestre Tirium, de
los Caballeros Caídos.
Si quieres descargar el relato en pdf con imágenes y todo, os dejo este enlace.
Iyo, acabo de leerlo... Estremece!
ResponderEliminar